Caballo de indio
Jorge Cafrune
El indio que tiene un pingo
que se llega a distinguir,
lo cuida hasta pa dormir;
de ese cuidao es esclavo;
se lo alquila a otro indio bravo
cuando vienen a invadir.
.....
Por eso habrán visto ustedes,
si en el caso se han hallao,
y si no lo han observao,
ténganló dende hoy presente,
que todo pampa valiente
anda siempre bien montao.
Marcha el indio a trote largo,
paso que rinde y que dura;
viene en direción sigura
y jamás a su capricho;
no se les escapa ni un bicho
en la noche más escura.
....
Es guerra cruel la del indio
porque viene como fiera;
atropella donde quiera
y de asolar no se cansa;
de su pingo y de su lanza
toda salvación espera.
Debe atarse bien la faja
quien a aguardarlo se atreva;
siempre mala intención lleva,
y, como tiene alma grande,
no hay plegaria que lo ablande
ni dolor que lo conmueva.
....
El indio nunca se ríe,
y el pretenderlo es en vano,
ni cuando festeja ufano
el triunfo en sus correrías;
la risa en sus alegrías
le pertenece al cristiano.
.....
Yo me le senté al del pampa;
era un oscuro tapao,
cuando me hallo bien montao
de mis casillas me salgo;
y era un pingo como galgo,
que sabía correr boliao.
Para correr en el campo
no hallaba ningún tropiezo:
los ejercitan para eso
y los ponen como luz,
de dentrarle a un avestruz
y boliar bajo el pescuezo.
El pampa educa al caballo
como para un entrevero;
como rayo es de ligero
en cuanto el indio lo toca;
y, como trompo, en la boca
da güeltas sobre de un cuero.
Lo varea en la madrugada;
jamás falta a ese deber;
luego lo enseña a correr
entre fangos y guadales:
¡ansina esos animales
es cuanto se puede ver!
En el caballo de un pampa
no hay peligro de rodar,
¡jué pucha! y pa disparar
es pingo que no se cansa;
con prolijidá lo amansa
sin dejarlo corcobiar.
Pa quitarle las cosquillas
con cuidao lo manosea;
horas enteras emplea,
y, por fin, sólo lo deja
cuando agacha las orejas
y ya el potro ni cocea.
Jamás le sacude un golpe
porque lo trata al bagual
con pacencia sin igual;
al domarlo no le pega,
hasta que al fin se le entrega
ya dócil el animal.
....
Ansí todo el que procure
tener un pingo modelo,
lo ha de cuidar con desvelo,
y debe impedir también,
el que de golpes le den
o tironeén en el suelo.
Muchos quieren dominarlo
con el rigor y el azote,
y si ven al chafalote
que tiene trazas de malo,
lo embraman de un palo
hasta que se descogote.
Todos se vuelven pretestos
y güeltas para ensillarlo:
dicen que es por quebrantarlo,
mas compriende cualquier bobo,
que es de miedo al corcovo,
y no quieren confesarlo.
El animal yeguarizo
(perdónenmé esta alvertencia)
es de mucha conocencia
y tiene mucho sentido;
es animal consentido:
lo cautiva la pacencia.
Aventaja a los demás
el que estas cosas entienda;
es bueno que el hombre aprienda,
pues hay pocos domadores
y muchos frangolladores
que andan de bozal y rienda.
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