Creencia llegada a nuestro suelo con los santiagueños. El recurso de inventar historias que despierten temor en los auditorios de fogones, especialmente jóvenes, fue una herramienta eficaz para transmitir oralmente, valores y principios que fueron sumamente necesarios a la hora de establecer reglas de convivencia y una escala de valores en la que se asentaría las nuevas generaciones.
En Santiago del Estero, la Mula Ánima o Alma Mula, vaga en lo espeso de los montes, arrastrando una cadena, mientras larga fuego por los ojos y los ijares. Si encuentra algún desprevenido que se aventura solo a altas horas de la noche, lo mata a patadas. La razón de la cadena, que además produce un gran ruido, es la esperanza que tiene la mujer maldita convertida en mula, de que algún varón bien varón la sofrena venciendo el miedo, y e esa manera su alma será redimida para viajar al cielo.
En la zona serrana, vaga por la falda de los cerros una mula maldita, haciendo mucho ruido mientras larga fuego por los ojos y los ijares.
Arrastra un "freno", que le produce dolor cuando pisa las riendas, que le hace gritar de manera horrible, que hiela la sangre de quien la escucha. Mata a patadas a quien encuentra vagando en la alta noche serrana. También un hombre de mucho coraje y fe, puede salvar esa alma maldita.
Deberá sofrenarla, para que se transforme en mujer, cuya alma, inmediatamente se elevará purificada al cielo.
Otras variantes, dicen que la mula maldita, recorre los alrededores de las poblaciones en días de tormenta. Antes de comenzar su periplo llega hasta la puerta de la iglesia, y luego comienza a caminar largando fuego por los ojos y la boca, arrastrando un "freno". Mientras se desplaza emite desgarradores gritos de dolor, el es producido al pisar las riendas que arrastra. Si alguien con mucho coraje quiere redimir esa alma maldita, deberá trazar el dibujo de una habitación, en el patio de la iglesia con un facón y esperar de rodillas su aparición. La forma de cruz de la empuñadura protegerá al valiente, que debe cortar el freno para conseguir el perdón divino de la mujer impura.
En todos los casos la transformación se debe a un castigo divino, dado a una mujer de vida disipada que se mezcló en amores carnales con un cura, con su padre, o con su hermano. En el Chaco los jóvenes campesinos se gastan bromas llamándose "lomo negro", en alusión a la banda oscura que tiene en el pelaje la mula, que le recorre toda la espina dorsal, desde la cabeza al nacimiento de la cola.
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