Luciano Pereyra fue la figura destacada de la segunda luna del 59º Festival Nacional de Folclore de Cosquín, titulada "Folklore enamorado", en la que también brillaron Peteco Carabajal y Destino San Javier junto a Marcela Morelo.
Desde la organización del evento informaron que se vendieron 86% de las localidades habilitadas, lo que implica una convocatoria de unas 7.912 personas.
Claudio Juárez inició la ceremonia con su tradicional arenga a las 22, y estuvo seguido del ballet Camin que, con más de 30 bailarines, ataviados con vestimenta tradicional variopinta, danzaron el himno a Cosquín y marcaron la apertura.
Los primeros artistas de la noche fueron los salteños de Canto 4. Vestidos a juego con un atuendo sobrio, negro con destalles blancos, el cuarteto abrió la noche con un tema de sus pagos, "Salta es una mujer", y siguió con "sombra herida".
Iván Vera, Facundo Rufino, Juan Peñalba y Rodrigo Villarreal hicieron entrar en calor al público con una seguidilla de grandes canciones como "Vienes y te vas", "Entre a mi pago sin golpear" y "Chacarera del rancho", que les valieron una ovación de pie.
Antes de su presentación, Villareal había comentado : "Nosotros (estamos) contentos, muy contentos de volver a este escenario. Venimos girando desde el 2 de enero y tenemos para girar hasta marzo. Estamos festejando nuestros 20 años con canciones nuevas y toda nuestra historia, que es un montón".
La entrerriana Camila Nievas, ganadora del pre Cosquín en la categoría Solista Vocal Femenina, sorprendió con su dulce voz y sus interpretaciones de temas tradicionales del cancionero folclórico argentino, acompañada por una guitarra y una flauta traversa.
"Es realmente importante poder demostrar los nuevos valores, así que de corazón,muchas gracias a todos", interpeló Nievas al público, antes de despedirse al son de "Déjame estar" y "Carnavalito del duende".
En diálogo la joven, emocionada, señaló: "Yo siempre digo que Cosquín era un sueño, sabía que en algún momento iba a llegar, pero no tan rápido".
Luego, subió al escenario Kanesama Sato, intendente de la ciudad japonesa de Kawamata, donde se realiza todos los años, en octubre, un festival de Cosquín.
Sato intercambió obsequios con el intendente coscoíno Gabriel Musso, que se llevó a cambio un juego de kimonos, en señal de buena fe.
Luego se presentó el conjunto Dos más Uno, llamado así porque está formado por dos hermanos Marcelo y Hugo Dellamea, del Chaco, y Ariel Sánchez, de Chubut.
El grupo hizo versiones de "Yo vengo a ofrecer mi corazón", "Amarraditos" y "La pomeña". Tras su show comentaron que estuvieron "contentos, disfrutando el último disco", pero que además se encuentran "trabajando en nuevas versiones", en una "faceta de composición propia".
El espacio "Postales de Provincia" estuvo desdoblado en dos en esta ocasión. La primera delegación en presentarse fue la de Tucumán.
Replicando lo que sucedió en la primera noche, la delegación realizó un homenaje a Mercedes Sosa, con un espectáculo de música y danza denominado "Pájaro libre", en el que participaron más de 10 cantantes y 40 bailarines tucumanos.
Carlos Podazza estuvo a cargo de la dirección musical, Patricia Sabbag de la artística y Alfredo vaca se encargó de la asistencia coreográfica, cuyo conjunto hizo vibrar al público coscoíno.
Con éxitos tales como "Y dale alegría alegría a mi corazón", "El olvidao" y "Canción para todos", el singular espectáculo se llevó todos los aplausos.
Más tarde llegó el turno de Gabriel Macías, integrante de la formación original del Grupo Ceibo, que pisó por primera vez el escenario Atahualpa Yupanqui como solista.
El artista se presentó junto a Pachi Herrera, que tocó el charango, y juntos interpretaron "La silenciosa", "Yo soy el huayno" e "Hijo de Cosquín".
Luego del show, Macías contó que quienes los acompañaron fueron todos "made in Cosquín", mientras que Herrera reconoció "el esfuerzo de los músicos locales", porque "cuesta mucho que tengan lugar en los festivales".
La última delegación de la noche, la de Santa Cruz, ofreció un espectáculo que buscó mostrar la relación íntima y directa entre la dignidad y el trabajo.
Entre mucho misterio, ya que su acompañamiento ya estaba sobre el escenario pero él no, los locutores presentaron a Luciano Pereyra, que no apareció de inmediato sino que se hizo esperar.
Una nube de neblina tapó la visión, cuando de repente sonaron los primeros acordes de "Me gusta amarte", y una voz se oyó desde detrás del telón, hasta que finalmente el cantante surgió de la oscuridad, vistiendo unos mocasines, pantalón blanco y un saco gris azulado.
La figura de Pereyra puso a la Plaza Próspero Molina de pie, y a todo el público a corear "Sin téstigos", "Enséname a vivir sin ti" y "Chaupi corazón".
El lujanense pasó por sus grandes éxitos, como "No te puedo olvidar", "Eres mi vida", "El vestido rojo" y "Dos mundos".
Con "Y así...así", entre amagues de quitarse la remera y mucho diálogo con sus fanáticas, Luciano bromeó que sería lindo estar con una chica coscoína, lo que generó un gran griterío, antes de despedirse con "Qué suerte tiene él".
Su ausencia duró poco, sin embargo, ya que pronto volvió para hacer dos bises, "Porque aún te amo" y "Como tú", que dejaron a los espectadores queriendo más.
Ya con menos público, porque muchos se fueron luego del show de Luciano Pereyra, la cañadense Julieta Marucco, que fue invitada por sus méritos artísticos , cantó "Zamba de amor en vuelo" y "Arde Troya", ambas de temática romántica.
El dúo ganador del pre Cosquín en la categoría Pareja de Baile Estilizada, Dolores Ardua y Jorge Vázquez, brindó un deleite visual con sus pasos de danza.
La penúltima presentación de la noche fue la del trío Destino San Javier. Franco Favini, hijo de Pedro, y Bruno y Paolo, hijos de José Ragone, los artífices del legendario Trío San Javier, arrancaron suspiros y quebraron corazones.
Con "Sin ti no valgo nada", "La Oma" y "Quince primaveras", hicieron honor a la consiga de la noche, y además palpitaron su próximo gran desafío: conquistar al "monstruo" de Viña del Mar.
"No nos esperábamos este momento que estamos viviendo, que es único. Se nos viene también el festival de Viña del Mar este año, representando Argentina, es como una montaña rusa", contaron entusiamados.
"Estamos viviendo un momento inolvidable que seguramente vamos a guardar en el corazón para siempre y lo queremos disfrutar", agregaron, y señalaron, sobre Cosquín, que "a nivel Argentina, a nivel país, es el escenario más emblemático, más importante"
Además, se les unió en el escenario Marcela Morelo, a quien describieron como una "enorme mujer, persona y artista".
Morelo, a su vez, contó : "Vengo de estos tres soles, estas tres voces maravillosas de una familia de artistas que ya dejaron mucho en nuestra cultura, en nuestro folclore, ellos continúan con esto y me invitaron a cantar en su disco".
"Estoy muy contenta de estar en este escenario gracias a los chicos que me invitaron. Y disfrutar de lo que significa el detrás de escena también que es muy lindo", concluyó.
Finalmente, Peteco Carabajal subió al escenario, pasadas las 2. El santiagueño comenzó con una gran introducción instrumental antes de entrar de lleno en los versos de "A mis viejos".
El folclorista interpretó "Memorial de los patios", "Perfume de carnaval", "Desde el puente carretero" y "Déjame que me vaya", y tuvo al público de la Plaza Próspero Molina cantando hasta pasadas las 3.
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