Casamiento Gaucho: Un Amor Sellado con Folklore y Tradición
El folklore, las rimas de un payador y la esencia del campo fueron los protagonistas del casamiento de Brenda Trepode e Iván Barredo, una pareja que decidió sellar su amor de una manera única y auténtica. El 15 de febrero, estos jóvenes productores se dieron el "sí" en una ceremonia llena de tradición, culminando su salida de la iglesia a bordo de un tractor John Deere, el mismo que Iván utiliza en su empresa La Porfiada, dedicada a la elaboración de rollos de fardo en Rojas.
Brenda, dermocosmiatra oriunda de Salto, e Iván, productor forrajero de Rojas, iniciaron su relación en plena pandemia, superando la distancia de casi 50 kilómetros que los separaba. Luego de cinco años de amor y planificación, Iván le propuso matrimonio en una playa de Brasil, y la pareja comenzó a diseñar una boda que reflejara su identidad.
Desde el primer momento, Iván supo que su casamiento debía reflejar su amor por el campo. "Decidimos salir de la iglesia en tractor porque es algo mío, es con lo que trabajo todos los días", explicó. Esta inusual elección sorprendió a familiares y amigos, que acompañaron a los novios en una emotiva caravana hasta el lugar de la celebración.
La boda no solo tuvo una impronta gaucha por la elección del vehículo, sino también por la música que la acompañó. Brenda cumplió su sueño de contar con el coro de Rojas en la ceremonia, y el festejo estuvo marcado por la presencia del grupo Los Moros y del payador Nicolás Membriani, amigo de la pareja y reconocido en el ámbito del folklore. "Nos emocionó hasta las lágrimas con sus rimas improvisadas", confesó Iván.
Lejos de protocolos formales, la vida de Iván y Brenda continúa con la misma pasión de siempre. "Hace años que vivimos juntos, tenemos un hijo y seguimos con nuestra actividad en el campo", relató el productor, quien además ha sido reconocido por la calidad de su alfalfa producida en La Porfiada ganando 3 campeonatos en Mercoláctea.
Y aunque Brenda proviene de un ámbito diferente, ha sabido adaptarse perfectamente a la vida rural. "Ella se pone su sombrero, se cuida la piel con sus cremas y me acompaña en el tractor. Lo mismo ayuda con los fardos que con el cuidado de las vacas", destacó Iván, demostrando que el amor y la tradición pueden ir de la mano en esta historia que ya es parte del folklore argentino.
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