Hoy estamos de fiesta
tenemos nueva casa y hay que inaugurarla como Dios manda.
Hay de todo: azado, cazuela, champaña,
vino blanco, del otro, mucha gente y la casa.
La casa nueva: nuestra casa,
fruto de tantos años llenos de penas blancas.
Primero hubo discursos, me acuerdo, me felicitaron,
hasta nos tomaron fotos con la vieja abrazados.
Luego, y como es lógico, ya no hay nada importante,
importan sólo el trago, la comida y el baile.
Yo los miro de lejos,
los niños están grandes,
mi hija con su novio, mi hijo y su compadre.
Mi mujer con los platos
yo con mi copa solo en un rincón la busco
escondido de todos.
Hola vieja, bailamos?
qué importan todos éstos
no importa ni la casa,
lo que importa es lo nuestro.
Quítate el delantal quiero verte de fiesta,
ya esta bueno de platos ahora eres la reina.
Bebe tú de mi copa como en los tiempos idos
yo bebo de la tuya... amigos, amigos.
Déjame bailar contigo la alegría linda del último bals
amor, amor
vamos a vivir unidos en este minuto nuestra eternidad
amor, amor, amor.
Sabes una cosa? hay algo que no
entiendo
yo quería una fiesta con los hijos y los nietos
y vino tanta gente que tuve que buscarte,
como ves escondido, para poder hablarte.
Pienso: que pasaría si alguien me sorprendiera
contándote en secreto mis siniestras ideas.
Una casa, cuál casa? si esto es una barraca
comparada con otras que sí se llaman casas.
La casa nueva, claro desde hoy la casa de los viejos
para bailar a solas un balsecito añejo.
Déjame bailar contigo la alegría linda del último bals
amor, amor.
Déjame mirar tus ojos recordando tiempos que no volverán
amor, amor, amor.
Mira, todos se han ido
hemos quedado solos
estoy casi borracho parece, lo entiendes?
solos, solos, sin hijos, lo ves?
se van, se van felices
tú te pones más vieja,
yo más viejo y más triste.
En fin bailemos, sólo Dios entiende lo que pasa
después de todo o nada, tenemos nueva casa.
Déjame bailar contigo la alegría linda del último bals
amor, amor.
Déjame saber si es cierto que nadie nos quita la felicidad
amor, amor, amor.