Cosco Inna
Hedgar Rene Di Fulvio
El junco dormido, la siesta del río,
la verde melena del sauce de allí;
miraron la copla que anoche la luna
dejó en "la juntura" y hoy vino a Cosquín.
La pena del inca, creció en los breñales,
la vieja puestera del valle aprendió,
que del viejo imperio del sol en sus ruinas
quedó cosco-inna, y el tiempo pasó.
Cosco-inna, Cosquín, cordobesa
por tus desafíos el gaucho volvió,
y en el pan de azúcar, que como apacheta
halló las ofrendas que el inca dejó
cosco-inna, Cosquín, mi guitarra,
te deja esta zamba... mi sola oración.
Los bombos legüeros golpearon la copla,
por toda Punilla la vieron pasar;
pero la encontraron entre culantrillos
mojada al rocío de tanto esperar.
Alhajita ella, la flor del imperio,
que esperó al vida para no morir,
y en el nuevo Cuzco del sol por herencia
al sentirse reina se quedó en Cosquín.
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